Por estar en uno de los meses dedicados a la mejor madre del mundo, por las condiciones en las que estamos viviendo los seres humanos en el mundo, especialmente en Medio Oriente, Siria, Japón, Ecuador, Venezuela y ya no digamos El Salvador; quiero dedicar este articulo con mucho amor a nuestra madre. A pesar que muchas veces le sacamos las lágrimas con tanta maldad, injusticia, discriminación, y violencia hasta en la misma familia, sigue amándonos e intercediendo por cada uno de nosotros ante Dios y ante su hijo Jesús. Les hablo de nuestra madre la Virgen María.
El amor de nuestra madre hacia nosotros los seres humanos es igual de infinito que el amor que nos tiene Dios. El problema es que nosotros sus hijos nos hemos olvidado de hablarle sin miedo, de hijo a madre, y de buscar a Dios y a ella tanto en los momento buenos como en los malos. No solo cuando tenemos un problema que lastimosamente ya se salió de nuestras manos o cuando queremos un milagro o que algo salga bien a favor nuestro; a Dios y a la Virgen hay que tenerlos siempre en nuestro corazón y nuestra mente.
El camino más fácil y más corto para llegar a Dios y al cielo es por medio de su madre, la Virgen María. El mejor medio para llegar a ella es el Santo Rosario, en el cual meditamos la vida de Jesús. Se reza un Padre Nuestro, diez Ave María y un Gloria por cada misterio contemplado. La oración más perfecta y amada por la virgen es el Ave María bien hecho y despacio para pensar en lo que significa cada frase que lo compone. Es la oración perfecta y amada por ella porque cada una de las ave María es una rosa que cada uno de nosotros le regalamos a nuestra madre, y por supuesto a Dios.
Es tanto el amor que nos tiene Dios y la Virgen que nos ha querido regalar su llama de amor para que por medio de ella podamos cegar a satanás, para que deje de ver al mundo y de hacer mucho daño. El amor de Dios y de nuestra madre es tan grande que a pesar de todo lo malo que hacemos nuca nos deja solos; en los momentos más difíciles son ellos los que nos cargan y ayudan para salir adelante. Dios no nos manda una cruz que no podamos aguantar, no hay nadie que nos conoce mejor que Dios y la Virgen; muchas veces no los sentimos ni lo vemos pero ellos siempre están con nosotros hasta el fin del mundo.
En mi caso soy muy devoto a Dios y a la Virgen. Digo muchas jaculatorias, a ella y a Dios, como por ejemplo: te amo, te quiero, niño Jesús hijo de Dios, ten piedad de mí que soy un pecador; entre otras muchas pequeñas oraciones que tanto les gusta.
Tenemos muchos medios para poder hablar con Dios y la Virgen durante el día y la noche que no tenemos excusas para no pensar y tener en nuestro corazón, aunque sea una hora al día, a Dios y a la Virgen. Pensemos, ¿qué podemos hacer para agradar a nuestra madre terrenal en este mes de mayo, en su cumpleaños o en una fiesta importante? De la misma manera pensemos cómo podemos agradar a Dios y a nuestra madre el 13 de mayo y los 365 días del año, ya que siempre está con nosotros como madre, amiga, y reina de nuestra vida.
No dejemos nunca de pensar y de tener en nuestro corazón a Dios y a nuestra madre, la Virgen María. Aunque estemos en los peores momentos ellos siempre nos aman y nunca nos dejan solos.
Escrito por: Gerardo Schonenberg