EL DETENTE DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
12/03/2020 03:08 pm

El Detente, el Escudo del Sagrado Corazón de Jesús es un emblema con la imagen del Sagrado Corazón y la divisa: ¡Detente! El Corazón de Jesús está conmigo. ¡Venga a nosotros Tu Reino!

El uso del Detente es un medio de expresar nuestro amor al Sagrado Corazón de Jesús; señal de nuestra confianza en su protección contra las celadas del demonio y los peligros de todo orden.

Además, nos ayuda a recordar continuamente las promesas del Sagrado Corazón de Jesús; es un símbolo de nuestra total confianza en la protección divina, una señal de nuestra permanente súplica y fidelidad a Nuestro Señor y un pedido de que Él haga nuestros corazones semejantes al suyo.

El Detente, lejos de ser un talismán mágico, es un signo de nuestra confianza en el poder del Señor Jesús. Miramos su Divino Rostro, y nos sentimos apoyados por tan dulce mirada. Abrimos nuestro corazón delante de esos brazos que siempre están abiertos para recibirnos y perdonarnos.

 

 

 

Origen del Escudo  “Detente” del Sagrado Corazón de Jesús.

 

Proviene de Santa Margarita María Alacoque, como lo atestigua una carta dirigida por ella a la Madre Saumaise el 2 de Marzo de 1686 en la que le dice: “Él (Jesús) desea que usted mande a hacer unas placas de cobre con la imagen de su Sagrado Corazón para que todos aquellos que quisieran ofrecerle un homenaje las pongan en sus casas, y unas pequeñas para llevarlas puestas.” (Vida y Obras, vol. II, p.306, nota). Ella misma llevaba una sobre su pecho, debajo del hábito e invitaba a sus novicias a hacer lo mismo. Hizo muchas de estas imágenes y recomendaba que su uso era muy agradable al Sagrado Corazón.

 

El Detente corresponde a una de las 12 Promesas que hizo Jesús a Santa Margarita María cuando le reveló su Sagrado Corazón:“Seré un refugio seguro durante la vida, y sobre todo en la hora de la muerte”. ¡Qué mejor refugio que el Corazón de Jesús! En ese Corazón se encuentran los divinos tesoros de la misericordia y el perdón de Dios Padre, que en Jesús reconcilia a toda la humanidad.

Esta práctica recomendada por Santa Margarita al principio sólo fue conocida en las comunidades de la Visitación. Fue la Venerable Ana Magdalena Rémuzat, salesa de Marsella, quien la hizo conocer fuera del claustro. Habiendo sabido por revelación hacia 1720, que iba a desencadenarse una gran peste en  Marsella, por inspiración divina prometió que los atacados encontrarían auxilio prodigioso en esa devoción al Sagrado Corazón de Jesús.

 

La santa religiosa, ayudada por su hermanas, preparó a mano millares de pequeñas imágenes de este Corazón con la inscripción“Detente, el Corazón de Jesús está aquí”. Desde entonces la práctica se extendió a muchos países. En 1748, el Papa Benedicto XIV, envió muchos de estos Detentes a la Reina de Francia. Y consta que en la revolución francesa, innumerables fieles se colocaron con el Detente bajo la protección del Corazón de Jesús.

 

El Detente se puede usar en la ropa o en el auto, no hace falta ninguna imposición especial, como en el caso de los escapularios. La confianza en el Sagrado Corazón de Jesús es suficiente para experimentar los efectos de su Divino Amor y protección.

 

 El «Detente» significa: ¡«Detente»! Satanás, tentación, pasión, peligro, enemistad, tristeza, penas, infierno, que el Corazón de Jesús, mi Dios, mi Redentor, mi amor, mi esperanza, mi todo, está conmigo.

Por lo tanto, llevar el «Detente» del Sagrado Corazón y llevarlo con amor y fe, es lo mismo que si lleváramos un escudo contra toda clase de peligros. Procuremos que los enfermos, niños, jóvenes, ancianos y todo el mundo lleven encima un «Detente», en la cartera o debajo de la almohada (en el caso de enfermos).

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